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LO QUE DEBEMOS SABER SOBRE LOS SACRAMENTALES

El agua bendita
 
El Catecismo de la Iglesia Católica, nn 1667-1675, nos dice que los sacramentales:

son signos sagrados con los que, imitando de alguna manera a los sacramentos, se expresan efectos, sobre todo espirituales, obtenidos por la intercesión de la Iglesia. Por ellos los hombres se proponen a recibir el efecto principal de los sacramentos y se santifican las diversas circunstancias de la vida.

⋄ a diferencia de los sacramentos que fueron instituidos por Cristo, los sacramentales han sido instituidos por la Iglesia en orden a la santificación de ciertos ministerios eclesiales, de ciertos estados de vida, de circunstancias muy variadas de la vida cristiana, así como del uso de cosas útiles al hombre.

proceden del sacerdocio bautismal: todo bautizado es llamado a ser una "bendición" (cf Gn 12,2) y a bendecir (cf Lc 6,28; Rm 12,14; 1Pe 3,9). Poe eso los laicos pueden presidir ciertas bendiciones; la presidencia de una bendición se reserva al ministeriuo ordenado (obispos, presbíteros o diáconos), en la medida que dicha bendición afecte más a la vida eclesial y sacramental.

no confieren la gracia del Espíritu Santo a la manera de los sacramentos, pero por la oración de la Iglesia preparan a recibirla y disponen a cooperar con ella.

pueden ser:

las bendiciones (de personas, de la mesa, de objetos, de lugares), invocando el nombre de Jesús y haciendo habitualmente la señal santa de la cruz de Cristo;
las exequias, son las bendiciones que preceden y siguen al sacrificio eucarístico ofrecido en la muerte del fiel cristiano;
los exorcismos, cuando la Iglesia pide públicamente y con autoridad, en nombre de Jesucristo, que una persona o un objeto sea protegido contra las asechanzas del Maligno y sustraída de su dominio;
las formas variadas de piedad (veneración de las reliquias, las visitas a santuarios, las peregrinaciones, el vía crucis, las danzas religiosas, el rosario, las medallas, etc.),.
Estas expresiones prolongan la vida litúrgica de la Iglesia, pero no la sustituyen.

Empleo del agua, el aceite y la sal.
Los sacramentales, al modo de los sacramentos, también tienen forma y materia.

La forma está determinada por la oración que se hace y que expresa la intención de aquella acción: de bendecir, de exorcizar, de consagrar, etc.

La materia es el agente sensible por el que se significa la intención que se tiene, pudiendo ser: un escapulario, una medalla,un crucifijo, el incienso, el agua, el aceite, la sal, las palmas, las cenizas, etc.

Un ejemplo: al orar para consagrar una imagen, se puede decir: "Bendice, Señor, esta imagen de N., que utilizamos para invocar tu nombre. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén". Enseguida se hace la señal de la cruz y se rocía la imagen con el agua bendita.

Otro ejemplo: al orar por la recuperación de la salud de un enfermo no grave se puede decir: "Por este aceite bendito el Señor te conceda la salud de tu cuerpo y de tu alma. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén". Enseguida se le aplica al paciente en la parte de su cuerpo que está enferma.

El agua bendita es la materia más usual. Se utiliza para bendecir objetos, lugares o personas. Es un signo de limpieza espiritual y una forma de renovar las promesas del bautismo. Tiene un poder eficaz de alejar al demonio y a sus secuaces. EFECTOS: sirve para implorar el perdón de los pecados; alcanzar la ayuda de la graciacontra toda enfermedad y asechanza del enemigo; para acercarse a Dios con un corazón limpioy evitar todo peligro de alma y de cuerpo.

La sal bendita. Utilizada por el profeta Eliseo para purificar las aguas del Jordán (cf 2 Re 2,19), se utiliza para purificar sobre todo de una acción demoniaca de las personas, objetos y lugares. EFECTOS: para obtener la salud del alma y del cuerpo; para que todo lo que sea tocado por ella carezca de toda inmundicia y de toda impregnación del espíritu del mal.

El agua y sal benditas mezcladas. Es la materia que se emplea especialmente en una oración de liberación o exorcismo, co la cual se pide a Dios (oración deprecativa) o se le ordena al demonio (oración imperativa) para que el fiel, algun objeto o lugar quede libre de cualquier influjo demoniaco. EFECTOS: para verse libre de los ataques del enemigo, y que la presencia del Espíritu Santo nos proteja siempre.

El aceite bendito. Además de los Santos Óleos, que acompañan a los sacramentos (Santo Crisma para la confirmación; Óleo de los Catecúmenos para el bautismo; Óleo de enfermos para la Santa Unción), se tiene el aceite bendecido por el sacerdote para usarse como sacramental. EFECTOS: para verse libres de toda enfermedad, de todo dolor y de todas las insidias del enemigo; para verse libres de toda adversidad y para nunca ser heridos por la mordedura de la antigua serpiente.

El agua, la sal y el aceite exorcizados. Son utilizados sobre todo en el rito del Exorcismo mayor para la expulsión del demonio en el fiel poseso, así como en las oraciones de liberación o exorcismo menor. EFECTOS: para obtener la salud de alma y cuerpo; para que huya y se aparte de las personas, objetos y lugares donde sean puestas toda maldad, toda acción del demonio, todo espíritu inmundo; para erradicar y arrancar al mismo enemigo con sus ángeles apóstatas.

¿Quién puede administrar los sacramentales?
En general, el ministro ordenado: el diácono, el presbítero y el Obispo. Pero en virtud del sacerdocio bautismal, los laicos pueden realizar ciertas acciones. En cualquier caso, estando un ministro ordenado presente, a él se le debe dejar la presidencia de las oraciones. Dichas acciones los laicos las realizan a su manera y no imitando lo que hace el sacerdote.

Por ejemplo, los papás pueden dar la bendición a los hijos, la bendición de los alimentos, reiterar la bendición de su casa y posesiones (la primera es deseable que la haga un sacerdote), utilizando para ello el agua bendecida por un sacerdote y sin hacer la señal de la cruz al aire, que es propio del sacerdote, sino sobre la frente.

Los padrinos y catequistas pueden decir algunas oraciones de bendición para los catecúmenos; los trabajadores pueden bendecir sus objetos de trabajo para consagrarle a Dios su jornada; los laicos pueden bendecir también a sus animales; los empleados pueden decir una oración de bendición y rociar con agua bendita su lugar de trabajo; los ministros extraordinarios de la comunión pueden bendecir a los enfermos haciendo la señal de la cruz en la frente y rociándolos con agua bendita, etc.

El agua, la sal y el aceite exorcizados también pueden ser administrados por un laico a otros, siempre que este autorizado por la autoridad competente.



¿Cómo se procede al momento de emplear los sacramentales?
Los sacramentales no deben ser considerados como algo superticioso; eso sería sumamente grave. Como ya se dijo antes, ellos son signos sagrados, instituidos por la Iglesia, para la alabanza de Dios y la imploración de su ayuda en las adversidades.

Los sacramentales además, no sustituyen a los Sacramentos ni están por encima de ellos, sino que de ellos emanan y hacia ellos se orientan: en orden de importancia, los Sacramentos son primero que los sacramentales. Por eso, atendiendo a lo que nos dice el Señor Jesús: "a vino nuevo, odres nuevos" (Mt 9,17), lo primero que se debe hacer es limpiar el corazón, que es el recipiente que habrá de contener la gracia de los sacramentos y los sacramentales, esto es, ENTRAR EN UN PROCESO DE CONVERSIÓN:

Renunciando de corazón a todo lo que pueda apartar del Señor: vida de pecado, ausencia de oración y de Palabra de Dios, superticiones, amuletos, brujerías, adivinos, etc.
Profesando honestamente la fe en el unico Dios, vivo y verdadero: Padre, Hijo y Espíritu Santo, así como en su Santa Iglesia Católica: acudir a confesarse, participar en la misa y comulgar, empezar a mejorar las relaciones con el prójimo: vecinos, familiares, compañeros de trabajo, etc., buscando la paz del corazón.
Acudiendo asiduamente a la oración, a la escucha de la Palabra de Dios, integrándose en algún ministerio de la Iglesia, ya que el servicio exige y compromete.
Utilizando las ciencias auxiliares, como la psicología, la neurología, la psiquiatría, etc., que también son medicina de Dios.
Teniendo en cuenta esto, al utilizar un sacramental se procede así:

a) Acto penitencial: Yo confieso...

b) Acto de fe: Creo en un solo Dios...

c) Invocación al Padre: Padre nuestro que estás en los cielos...

d) Invocación a la Virgen: Dios te salve María...

e) Una oración con las propias palabras pidiendo a Dios su favor.

f) La apicación del sacramental que sea (agua, sal, aceite benditos).

g) Terminar con una sencilla acción de gracias a Dios por el favor recibido (una oración, un canto, etc.).

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